Platero y yo... Perdón, Francisco y yo

"Hola, Luz

Te escribo para saludarte especialmente... Siempre admiré el esfuerzo y el entusiasmo de quienes se dedican, como vos, a la docencia. Creo que el maestro tiene cada día un gran desafío, enseñarle a nuestros hijos a ser mejores personas. Y eso, hoy en día, no es una tarea fácil... Quiero agradecerte por tu aporte invalorable a nuestra sociedad.

Un abrazo,
Francisco de Narváez"

Francisco, pancho, te aclaro (a vos y a tu séquito de inoperantes), no soy docente. Ahora, quien envía ese mediocre saludo a los maestros en su día, ¿es la misma persona que propuso reformar (¿con qué criterio?) el Estatuto del Docente? ¿Es la misma persona, acaso, que considera que "de tres docentes que cobran, sólo uno trabaja" en la Provincia de Buenos Aires?



Te invito a que, cuando tengas tiempo, entre esa agitada agenda política que debés tener como diputado, te des una vuelta por las escuelas (las bonaerenses, al menos) para que te interiorices sobre las condiciones en las que laburan los maestros. Recién entonces podrás hablar todas las gansadas que quieras (si todavía tenés la desvergüenza de hacerlo) acerca de los desafíos que ellas y ellos encaran día tras día.

Desasnate, ¿querés?

Otro abrazo,
Una periodista.-